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lunes, 26 de marzo de 2012

¿Qué es la Psicología?: Una exploración sistemática de un espacio conceptual complejo



  1. Introducción


    Este libro trata sobre la mente humana. Sobre su esencia, estructura y mecanismo. Tratar sobre la naturaleza de la mente supone una manera posible de tratar sobre la Psicología. El libro tiene entonces por objetivo subsidiario responder a la pregunta sobre el significado de la Psicología, incorporando para ello los debates contemporáneos sobre la materia.
    La función de este primer capítulo puede definirse como cartográfica. Por cierto, no en el sentido de anticipar un índice sino en el de esbozar una arquitectura conceptual donde anclar el tratamiento del tema. Para comenzar, deseo referirme al siguiente hecho:
    Hacia fines de 1992, durante unas intensas jornadas un grupo de docentes, investigadores y alumnos de la Facultad de Psicología de la U.B.A. se reunió para debatir en torno a la pregunta: ¿Qué es la Psicología?[1]
    Que una comunidad académica se dé cita para reflexionar sobre un tema consustancial a su existencia resulta un hecho encomiable.
    Me interesa aquí retomar el espíritu que entiendo animó dichas jornadas. La razón de ello es que, como luego explicaré, lo considero fundamental para comenzar a discurrir por los ejes fundamentales que configuran las ideas que se expondrán a lo largo de este libro.
    Respecto de este primer capítulo, su propósito no es responder la pregunta sobre el significado de la Psicología, sino tratar de definir un espacio conceptual donde sea posible ordenar muchas de las posibles respuestas, entre las cuales también se encuadrarán las propias, a ser desarrolladas en adelante.
    Por otra parte, como ya se analizará, desentrañar los parámetros básicos para ahondar la comprensión de un objeto es una estrategia necesaria para pensar lo que dicho objeto podría llegar a ser, es decir para descubrir y explorar sus posibilidades. Si bien la Psicología refiere, en última instancia, a algo que trasciende el hecho de nuestro conocimiento, no es menos cierto que como toda empresa humana su desarrollo está seriamente determinado por nuestras expectativas, inteligencia y acciones.
    Surge así un propósito adicional al ya declarado, a saber: que la elaboración de ese espacio conceptual permita esbozar algunos lineamientos respecto al futuro de la Psicología. Tal será otro de los objetivos a lograr en este libro.
  2. Naturaleza del problema

    Procederé ahora a precisar algo más la cuestión que anima el capítulo.
    Por cierto el significado de la pregunta "¿Qué es la Psicología?" no es el mismo en cualquier contexto; es claro que conforme varíe el último variará el sentido que le atribuyamos al primero.
    Rescatar el espíritu de las jornadas significa recuperar el sentido que en ese momento, al participar de las mismas, otorgué a la pregunta que las animaba. Ese sentido podría enunciarse así: permanentemente hablamos de Psicología, la ejercemos y la enseñamos; elaboramos nuevas teorías, técnicas e instrumentos; creamos universidades y centros de investigación y asistencia; pero en última instancia: ¿Qué es esencialmente la Psicología?
    La vinculación entre lo anterior y el presente trabajo es simple: todo el libro no es sino la expresión de lo que entiendo es esencialmente la Psicología. De modo que la intención que creo animaba las jornadas es idéntica a la que anima este libro.
    Por otra parte, el intento de responder sobre lo que esencialmente es algo en un contexto donde coexisten heterogéneas manifestaciones de ello es fundamentalmente un acto de elección resultado de una serie de decisiones parciales. Decir qué es la Psicología supone como paso obligado abstraer los criterios necesarios y suficientes sobre cuya base la respuesta se asienta. Esto conduce a realizar algunas precisiones.
  3. Parámetros para encuadrar el problema de la definición de psicología

    Plantear la pregunta por la esencia de la Psicología en un contexto académico propio de la misma hace válidos muchos "sistemas" de supuestos para interpretarla. Pasaré a considerar los que he asumido:
    Supuesto 1: Se trata de un problema de carácter abierto.
    Con ello se quiere decir que no se está demandando la búsqueda de una solución única ni tampoco decidible en términos de criterios de verdad previamente acordados.
    Supuesto 2: Existe una demanda implícita de definición del término "psicología", como respuesta al problema. Esto significa que cualquiera sea el tratamiento al problema planteado (vg. la definición de "psicología"), lo que se espera en última instancia es que se proponga algún género de definición del concepto interrogado. Supuesto 3: El contexto demanda una definición teórica de "psicología".
    Se quiere decir que independientemente de cuál sea la definición propuesta, ésta no debería ser de cualquier tipo sino de lo que en epistemología se denomina definición teórica.
    Al respecto Colaccilli de Muro (1965) señala: "LA finalidad fundamental de la definición [teórica] consiste en acercarse cada vez más a la comprensión ontológica del término". Agregando luego: "UNA definición teórica es aquella cuyo principal propósito es explicitar las condiciones necesarias y suficientes (o propiedades esenciales) de la realidad que caracteriza".
    Por su parte Copi (1972) la define como: "Aquella que trata de formular una caracterización teóricamente adecuada de los objetos a los cuales se aplica". Además, este autor distingue a las definiciones teóricas de las estipulativas (utilizadas al introducir términos totalmente nuevos), de las lexicográficas (destinadas a eliminar la ambigüedad de un término a través de la búsqueda de su significado habitual), etc.
    Volviendo al problema, propongo denominar "definición genérica mínima" a cualquier definición de Psicología formulada en un contexto como el considerado.
    Supuesto 4: El contexto demanda la adopción de un punto de vista.
    Con ésto se quiere decir que existe una demanda implícita de definición teórica de Psicología como una elección producto de analizar una serie de alternativas posibles aunque juzgadas incompatibles. En otros términos: que sobre la base de un conjunto admisible de definiciones genéricas mínimas, el análisis revele razones en pos de la elección de alguna y la exclusión de las restantes; de manera que ello implique responder tanto aquello que es como aquello que no es la Psicología.
    Denominaré "conjunto postulado" a la serie de alternativas posibles y "definición teórica del autor" a la elegida. Realizar la tarea supone entonces la conceptualización de un esquema explicativo a un determinado nivel de abstracción, que simultáneamente dé cuenta de la validez del conjunto postulado, de la definición teórica del autor y de la exclusión de las restantes. Denominaré a aquello "morfología conceptual de nivel de óptimo".
    Supuesto 5: El contexto admite una relativa flexibilidad en la enunciación de ese punto de vista. Esto supone la validez de aquellas definiciones orientadas a destacar la relevancia de alguna propiedad del objeto a definir, que a pesar de ser juzgada fundamental resultaba poco advertida o manifiesta en la definición teórica del autor.
    Denominaré "definición hiperbólica" a las de ese tipo. Toda definición hiperbólica, por constituir un énfasis, será subsidiaria y complementaria de la definición teórica del autor.
    En síntesis, definir la psicología en este contexto conduce a desarrollar una morfología conceptual de nivel óptimo que configure un conjunto postulado de definiciones genéricas mínimas, y a la vez justifique la adoptada por el autor. Se admite, además, la validez de recurrir a una definición hiperbólica a modo de complemento.
    A continuación se tratará el tema de la morfología conceptual. La cuestión de la definición hiperbólica constituye el tema central del segundo capitulo.
  4. Los heurísticos morfológicos y la exploración de espacios conceptuales

    Una morfología conceptual es un conjunto de dimensiones que encierran el espacio semántico de un tema o concepto. La noción está íntimamente asociada al denominado "heurístico del análisis morfológico" o simplemente: "análisis morfológico"
    El análisis morfológico es un método combinatorio orientado a sistematizar procesos de investigación científica e invención. Originariamente fue desarrollado por Zwicky (Kauffman, 1973) quien lo aplicó a problemas de astronomía. Básicamente consiste en la exploración de una matriz donde se encuentra representado todo el espacio combinatorio engendrado por una serie de dimensiones relevantes del tema-problema bajo consideración. La finalidad de dicha exploración es el descubrimiento de algún aspecto significativo, hasta entonces inadvertido. El supuesto central del análisis morfológico afirma que cerca de cualquier concepto existente se encontrarían ocultas una multiplicidad de variaciones, algunas potencialmente innovadoras o útiles a algún propósito[2].
    En cuanto a sus pasos, el método consiste en: 1) la identificación de las dimensiones o atributos relevantes en relación al tema-problema; 2) la asignación de una serie de valores posibles para cada dimensión; 3) la representación de todas las dimensiones y sus valores en un "modelo" bidimensional, tridimensional o penta-dimensional, denominado "caja o matriz morfológica"; 4) la exploración de la caja morfológica en pos de algún "cruce" potencialmente significativo en relación al tema. (en tanto variación original del concepto, descubrimiento, invención, etc.).
    Por su parte, el cibernetista A. Moles (1974) revisando metodologías heurísticas en ciencia ha conceptualizado en otros términos lo que representa la variante más simple de análisis morfológico, ésto es la matriz bi-dimensional o cuadro de doble entrada. Moles la denomina "matriz de descubrimiento" y la clasifica entre los heurísticos de sistematización. Según este autor, la matriz de descubrimiento constituye un método para la búsqueda de intersecciones entre dos repertorios o -también- entre los elementos de un mismo repertorio. Básicamente el método consiste en la inspección sistemática de las celdas de una matriz cuyas entradas constituyen dos ejes fundamentales del tema-problema. Moles analiza ejemplos en la historia de la ciencia donde aparece el uso de este heurístico, entre los cuales el más notable es la tabla periódica de los elementos de Mendeleiev[3].
    En rigor, la historia del heurístico morfológico se remonta al Ars Magna de Lullio en donde desarrolla su denominado arte combinatorio. Como se muestra en la figura 1, éste básicamente se resolvía en un dispositivo formado por una serie de anillos concéntricos que podían girar independientemente. En el centro del anillo se representaba el tema o concepto a tratar. Cada anillo simbolizaba una dimensión o atributo relevante del tema. Cada sección del anillo significaba un valor o estado posible de la correspondiente dimensión. Al hacer girar los anillos se obtenían todas las combinaciones posibles para el tema en cuestión[4].
    Lullio consideraba a su dispositivo como un instrumento de descubrimiento, invención y demostración. Autores posteriores que se han aproximado a sus ideas con propósitos diferentes, han insistido en similar conceptualización.

    Figura 1: Ejemplo abstracto de la lógica básica utilizada por Lullio en su Ars Magna


    Más recientemente Hofstadter (1982), a propósito del desarrollo de una tesis sobre imaginación y creatividad, ha desarrollado nociones análogas a la que se vienen tratando. En su núcleo, dicha tesis afirma : "las variaciones sobre un tema constituyen la esencia de la creatividad". Una "variación sobre un tema" es básicamente el deslizamiento de un concepto existente hacia uno nuevo. Los deslizamientos operarían sobre las representaciones mentales de los conceptos, éstas son de carácter multidimensional. Variar un concepto es -especificamente- producir una alteración en el valor de una dimensión determinada.
    Hofstadter denomina "esferímplica'" (contracción de esfera implícita) al espacio virtual de variaciones posibles alrededor de un tema. A su vez, las esferímplicas per se constituyen representaciones mentales implícitas, de manera tal que un primer paso hacia su "despliegue" consiste en conceptualizarlas haciendo explicitas sus dimensiones y valores, para finalmente proceder a su desarrollo.
    Resulta claro el paralelismo entre las ideas de Lullio, Zwicky, Moles y Hofstadter, a pesar de haber sido concebidas en contextos diferentes: en última instancia, todos ellos proponen metodologías para el desarrollo de morfologías conceptuales con propósitos de: definir, redefinir y ordenar conceptos; optimizar procesos de descubrimiento, invención e innovación o -simplemente- orientar el tratamiento de un tema o problema.
  5. Antecedentes del uso de morfologías conceptuales en Psicología

    Revisando la literatura he encontrado pocos antecedentes en el uso explícito de morfologías conceptuales. No obstante, sí aparecen algunos usos implícitos, en general asociados a lo que convendría llamar clasificación diagnóstica. Esto es: la postulación de un marco dimensional que permita comprender el núcleo de las diferencias entre instancias de lo que, en principio, resulta un mismo género (como el caso de las diferentes escuelas de Psicología). Por razones de espacio sólo consideraré tres ejemplos:
    1. El modelo sobre la estructura del intelecto (E.I.) propuesto por Guilford (1977), representado en forma de un cubo cuyas dimensiones son: a- Los contenidos informacionales (sus valores: figural, semántico, simbólico y conductual); b- las operaciones intelectuales (sus valores: cognición, memoria, producción divergente, producción convergente y evaluación); c- los productos (en términos de su categoría lógica (sus valores: unidades, clases, relaciones, sistemas, transformaciones e implicaciones). Al cruzar las tres dimensiones se obtienen 120 combinaciones (4 x 5 x 6) que Guilford interpreta como factores potenciales de la inteligencia humana. A posteriori, surge la tarea de identificar empíricamente la existencia de los mismos, para lo cual Guilford se vale del método del análisis factorial.
    2. En un trabajo ya clásico Bleger (1963) esboza la que aquí convengo en llamar morfología conceptual, a propósito de definir teóricamente a la psicología de la conducta. En tal sentido, varios de los capítulos (o ideas dentro de un capitulo) de ese trabajo pueden entenderse como dimensiones ordenadoras al propósito de caracterizar adecuadamente el objeto considerado. Algunos ejemplos de esas dimensiones son (de manera simplificada): a- las áreas de la conducta (mente, cuerpo, mundo externo); b- los subcampos (o subestructuras del campo) de la conducta (campo ambiental, campo psicológico -campo de la conciencia, campo psicológico propiamente dicho-); c- los niveles de integración de la conducta (físico-químico, fisiológico y psicológico); d- los ámbitos de la conducta (psicosocial, sociodinámico, institucional); e- encuadres de la conducta (histórico, genético, evolutivo, situacional, prospectivo, dinámico, dramático); etc. Por otra parte Bleger también analiza o considera otro tipo de dimensiones que -entre otras cosas- le sirven a manera de "diagnostico diferencial" de las denominadas escuelas de Psicología. Entre esas dimensiones puede destacarse: f- el objeto de estudio de la Psicología (conciencia, inconsciente, comportamiento, conducta); g- el método ( introspección, observación, clínico, experimental, etc.). h- encuadre (entendido ahora en términos diferentes a los de 'e-') de estudio (atomista, elementalista, totalista). Combinando cada una de estas dimensiones con las anteriores, Bleger caracteriza a cada una de las distintas escuelas. Así, por ej., el conductismo puede entenderse en estos términos: objeto: comportamiento; método: experimental; encuadre: elementalista; nivel de integración: cuerpo y mundo exterior; etc.
    3. Otro autor argentino, R. Mandolini Guardo (1970) apela implícitamente a una morfología conceptual clasificatoria en el contexto de caracterizar a las diferentes escuelas de Psicología y/o a las posturas teóricas más generales. Así por ej., para precisar las diferentes posiciones de la llamada Psicología Racional propone: a- el concepto sobre lo psicológico (cuyos valores son: anticonciencialismo (que a su vez divide en: Psicología objetiva, conductismo y mecanicismo), conciencialismo (que a su vez divide en: Psicología intencionalista, estructural, dinámica, funcional, Psicología del yo, etc.); etc. b- Según las relaciones que se crean ver entre lo psíquico y lo somático (monismo, dualismo, teoría del doble aspecto); etc. Por otra parte, para precisar el significado de la denominada Psicología Científica, propone considerar como ejes dimensionales las tres siguientes áreas-problema: a- Lo que debe ser la Psicología ( ciencia descriptiva, explicativa o analítica); b- el fin que debe tener la Psicología (clasificar individuos en términos de características psicológicas, es decir: Psicología de tipos; estudiar las características psicológicas de un individuo determinado, es decir: Psicología de individuos; comparar la conducta y los procesos mentales entre diferentes tipos de organismos o de personas, es decir: Psicología comparativa; estudiar el origen y desarrollo de las estructuras psíquico-lógicas, es decir: Psicología genética); c- lo que debe estudiar la psicología ({el autor ofrece aquí 17 alternativas, algunas de las cuales son repeticiones del punto "a" de Psicología racional}).
    Como puede apreciarse sólo en el caso de Guilford constituye un caso típico de morfología conceptual a la manera en que aquí se la viene considerando. Sin embargo, los casos de Bleger y Mandolini Guardo se encaminan hacia un propósito bastante cercano al que está guiando este capítulo. En el próximo parágrafo se apreciará más su relevancia.
  6. Aplicación del heurístico morfológico para dimensionar la definición de Psicología

    Aquí se procederá a desarrollar la morfología implícita en las definiciones de psicología utilizando el heurístico del análisis morfológico. La manera de operar será la que sigue:
    Se irá presentando cada dimensión acompañada por sus correspondientes valores. En cada caso se realizará una breve exposición de su significado acompañada de algún ejemplo ilustrativo y paradigmático. Por razones de espacio y para facilitar su comprensión se irán presentando cuadros morfológicos parciales. Un cuadro morfológico es sencillamente la representación de las dimensiones con sus correspondientes valores en forma de columnas adyacentes; cada columna correspondería a un anillo en el sistema de Lullio.
    Aclaro que el propósito del ejercicio es básicamente didáctico en relación al fin perseguido. Esto significa que deliberadamente no trataré de ser exhaustivo ni en la consideración de las dimensiones, ni tampoco en la de los valores dentro de las mismas. Invito al lector a que agregue aquello que considere necesario en base a su conocimiento e imaginación.
    1. Objeto, método y propósitos
      1. La dimensión "objeto"

        Comencemos entonces con la consideración de la primera dimensión de la estructura morfológica básica. Definir una ciencia por su objeto y por su método parece ser una estrategia recurrente. Comenzaré aquí con la consideración del objeto, dejando al método para el punto b-.
        Dimensión:objeto
        Valores: conducta - vida mental - ambas.
        Análisis: Se trata sin duda de la dimensión esencial en la cuestión sobre la naturaleza de la Psicología, al punto que no es exagerado afirmar que las restantes serían subsidiarias de ella. A diferencia de algunas de esas restantes dimensiones el significado de la presente aparece explícito, expresado en los debates académicos en términos de "el problema del objeto". En ese sentido, tampoco es exagerado afirmar que la historia de la Psicología es la historia de los sucesivos intentos de aclarar y definir la naturaleza de su objeto.
        Respecto de los valores de la dimensión, vg. los diferentes objetos propuestos a modo del objeto de la Psicología, parecen estar bastante representados en términos de las tradiciones mentalistas y conductistas, una poniendo el acento sobre la mente[5] , o sobre lo mental, la otra sobre la conducta observable[6].
        Repasemos al respecto algunas definiciones, que expresan el significado de la anterior distinción:
        1. "Conducta: 1.nombre genérico para todos los modos de reacción muscular o glandular del organismo frente al estimulo; Porciones de reacciones orgánicas susceptibles de observación.(...) 5. Comportamiento exterior de los animales, el nombre inclusive[7]". (Diccionario de Psicología Warren).
        2. "Conductismo: 1.Psicologia de la conducta. 2. Punto de vista teórico según el cual todos los fenómenos psíquicos pueden ser tratados adecuadamente por el método de la conducta" (Diccionario de Psicología Warren).
        3. "Mente: {en español, hace siempre alusión al aspecto intelectual de la psique, y por eso no hay que confundir el término con el mental inglés, que casi siempre tiene el sentido de psíquico, como ocurre también con mind, que puede ser en español mente, espíritu y psique, según el contexto}" (Diccionario de Psicología Warren).
        4. "Mentalismo: Doctrina según la cual la psicología se ocupa (total o parcialmente) del estudio de los fenómenos conscientes {contr. a conductismo.}" (Diccionario de Psicología Warren).
        Sin embargo, muchos son los autores que piensan que la Psicología puede ocuparse legítimamente tanto de la mente como de la conducta (y -fundamentalmente- de su peculiar relación), o que -con mayor énfasis- eso es precisamente lo que debe hacer. Una particular versión de lo anterior es la de aquellos autores que conceptualizan el significado de uno de los términos (en general: "conducta") de manera tal que incluya al otro.
        En ese sentido, son ilustrativos algunos pasajes de la siguiente definición, que a su vez espero que complemente las anteriores. El subrayado es mío.
        "Psique: 1. El principio de la vida. 2. (especif.) El principio de la vida psíquica. 3.Suma total de las actividades de un organismo, por medio de las cuales éste responde como un sistema dinámico e integrado a las fuerzas externas, gen. en alguna relación con su propio pasado y futuro. 4. Totalidad organizada de los procesos conscientes e inconscientes. {Término usado en lugar de espíritu o del término hist. alma por los psicólogos y psicoanalistas modernos. Cada autor interpreta o utiliza estos términos con diversos matices de significado. Algunos se refieren únicamente a la actividad reactiva (conducta); algunos comprenden también los fenómenos conscientes, y otros, finalmente, incluyen los fenómenos conscientes e inconscientes (..). Psique (4) puede limitarse a las experiencias conscientes y sus elementos supuestos (punto de vista introspectivo) o incluir las implicancias intencionales o télicas de estas experiencias y de las actividades motoras resultantes.} Ingl. mind, psyché; fr. esprit; al. psyché, Geist, seele.(Diccionario de Psicología Warren).
        En nuestro medio un importante antecedente de la manera de conceptualizar la conducta en un sentido amplio lo constituye el de Bleger, en el mismo trabajo ya mencionado.
        Al respecto, Bleger comienza por citar a Koffka (1941) en lo que refiere a su denominada concepción tripartita según la cual "la conducta externa y la conducta interna están "no sólo acopladas" por fuerza y accidentalmente, sino"emparentadas por esencia y unidas objetivamente". Luego refiere a la definición de conducta de Lagache, a la que también cita: "el conjunto de operaciones fisiológicas, motrices, verbales y mentales por las cuales un organismo en situación reduce las tensiones que lo motivan y realiza sus posibilidades".
        Bleger refiere además a la conceptualización totalista de conducta dada por Lagache, cuyas dimensiones abarcan (siempre de acuerdo al mismo Bleger): "1) la conducta exterior manifiesta; 2) la experiencia, tal como ella es accesible en el relato, incluyendo las modificaciones somáticas objetivas; 3) modificaciones somáticas objetivas, tal como ellas son accesibles a la investigación fisiológica; 4) los productos de la conducta: escritos, dibujos, trabajos, tests, etc[8]."
        También, autores de la denominada corriente fenomenológica como Merleau Ponty (1976) , desde un marco filosófico diferente arriban a conclusiones similares. Así, al menos parece cuando en su ya clásica crítica sobre la existencia del "hombre interior", sostiene que a la realidad del fenómeno de la conciencia no cabe encontrarla ni en el objeto intencionado ni tampoco en una facultad encerrada sobre sí misma, sino en la misma malla de relaciones intencionales entretejida entre la conciencia intencional y el objeto intencionado.
        Por otra parte, también se destaca que en el contexto de las posiciones mentalistas, a su vez existen decisiones respecto a lo que en esencia constituye la naturaleza de lo mental. En efecto, la polémica sobre el objeto de la Psicología es anterior a la emergencia del conductismo, y a la del psicoanálisis. Ya en la misma (denominada) Psicología de conciencia, subsistían (y aún subsisten) debates en torno a si el objeto lo constituían los actos psicológicos (Brentano), los estados de conciencia (W. James), los contenidos de la conciencia (Lipps), el yo como centro psicológico (Calkins); el conjunto estructurado de los fenómenos psicológicos (Dilthey); la intencionalidad de los fenómenos psicológicos (Mc Dougall); etc.
        Como podrá notarse, en vinculación a lo anterior, en la matriz he soslayado la mención a dichos valores por considerarlo excesivo en este momento. Volveré a ello en los capítulos siguientes. En aquélla sólo he consignado "inconsciente", agregando "las relaciones conciencia-inconsciente" a modo de valor. Al respecto, vuelva a leerse la definición de "psique".
        Por último, en relación a haber incluido a los sistemas neuronales la razón es en principio simple. Existe una serie de autores enrolados en la denominada "teoría de la identidad" o "materialismo de estado central" quienes básicamente afirman que la mente es el cerebro. O en términos quizás más precisos que los estados mentales son básicamente (y no: están correlacionados-con o dependen causalmente-de) estados neuronales. Por lo tanto, para esta concepción el objeto de estudio de la Psicología es en última instancia el cerebro, o con mayor propiedad el nivel neuronal subyacente.
        No obstante, también es dable considerar posiciones teóricas que entiendan que tanto la conducta, como la mente, como los procesos neuronales constituyen simultáneamente objetos de estudio validos para la Psicología. De nuevo, estas posturas se encuentran, en general, asociadas al concepto de niveles de integración como el sugerido por Bleger, arriba mencionado.
      2. La dimensión "método"
        La segunda dimensión a considerar es el método. Casi por definición (del gr. méthodos: camino para llegar a un resultado) es subsidiaria de la anterior. Esto se expresa comunmente en una especie de axioma pragmático: el método debe adaptarse al objeto. Al margen de coincidir con el significado primario de ésto entiendo que al respecto existe una serie de sutilezas que conviene analizar. No obstante, éstas serán tratadas en el apartado VII, limitándome aquí sólo a presentar algunos de los tópicos más importantes.
        Dimensión: método
        Valores:subjetivos-objetivos / hipotético-deductivo-inductivo / experimental-clínico
        Análisis: Uno de los debates más importantes en este ámbito se expresa en términos de la distinción entre métodos objetivos vs. métodos subjetivos. Así, se reserva la introspección, (o cualquiera de sus variantes fenoménicas o terminológicas: la retrospección, la reflexión, la metacognición, etc.) como un caso de lo primero, y la observación y experimentación como casos de lo segundo.
        Desde otro punto de vista más vinculado a análisis epistemológicos de la Psicología la cuestión acerca del método se ha expresado en términos de la polémica entre los métodos deductivos vs. inductivos. En rigor, en Psicología ese debate no se ha planteado estrictamente en tales términos, sino en algunas de sus versiones subsidiarias como la polémica descripción-explicación (a tratarse en la próxima dimensión), a su vez también expresada en términos de estrategias correlacionales vs. experimentales.
        También ha sido importante el eje planteado en términos de abordaje clínico vs. experimental. Lamentablemente, su tratamiento desbordaría el alcance de este trabajo.
        Por último, resta señalar la existencia de algunos métodos especiales lindantes entre la psicología y la filosofía que han tenido y tienen especiales implicancias para la primera. Me refiero al método comprensivo (Dilthey), al fenomenológico (Husserl) y a la hermenéutica (Ricoeur). En términos de hechos psicológicos empíricos, o si se quiere desde una perspectiva psicologista, quizás puedan concebirse a los métodos anteriores, en todo o en parte, como variedades de alguno de los denominados métodos subjetivos, o al menos apoyados en ellos como condición de posibilidad.
      3. Propósitos y metapropósitos
      4. Propósitos y metapropósitos[9]
        El psicólogo cognitivo Perkins (1988) sostiene que para que cualquier evento resulte significativo a un sujeto deben darse por lo menos tres condiciones: la existencia de un propósito, la existencia de una estructura y la adecuación entre ambas.
        La noción de que el significado de una conducta no se termina de entender sino a condición de comprender su finalidad es una idea fundamental en la Psicología. Al aplicarla a la indagación de sí misma surge una nueva dimensión. La psicología, como cualquier empresa humana persigue propósitos; desentrañarlos es parte de la tarea para averiguar su esencia.
        Por otra parte, en algunos objetos conceptuales los propósitos aparecen ya declarados en su definición. Analizaré, entonces, la manera en que ello se expresa en algunas definiciones de psicología.
        Por otra parte, así como en las explicaciones causalistas se postulan distintos niveles de causas según su proximidad al efecto, distinguiéndose entonces entre causas próximas y remotas (Copi, 1972); lo mismo ocurre con las denominadas explicaciones teleológicas al invocarse diferentes niveles de causas finales. Me referiré a ellos distinguiendo entre propósitos y metapropósitos, tratando de que esto último oriente la comprensión tanto de las definiciones donde los propósitos no están declarados como en las restantes. Comenzaré con la consideración de los propósitos:
        Dimensiónpropósitos
        Valoresdescribir - explicar - comprender - predecir - controlar.
        AnálisisEn el contexto que se viene tratando, (definiciones de psicología) los propósitos suelen invocarse en términos de las acciones, virtuales o reales, que se aplican al objeto de estudio. En general, se expresan en términos de verbos, algunos de los cuales he consignado como valores. Como es sabido ésto constituye un importante eje de controversias históricas en Psicología, entre las que se cuentan como importantes:
        • La controversia entre comprensión y explicación, o entre descripción y explicación planteada originariamente por Dilthey (1951) y retomada por la fenomenología contemporánea.
        • La controversia entre explicación y descripción, planteada por Skinner (1953) en relación a la necesidad o no de postular construcciones hipotéticas para explicar la conducta.
        • La controversia entre explicar y predecir. En rigor, ésta no ha sido planteada explícitamente como las anteriores sino de manera implícita a propósito de una controversia mayor: la de la Psicología como ciencia de lo general vs. la Psicología como ciencia de lo individual.[10]
          En relación al verbo 'controlar' por un lado me refiero especificamente a la teoría de Skinner, donde adquiere como significados:establecer las correlaciones precisas entre estímulos, o proveer ambientes de estimulación adecuados para el logro de respuestas previamente determinadas a través de los principios del condicionamiento operante. En ese sentido, controlar se relaciona con predecir (aunque también con "generar cambio").
          Con "generar cambio" me refiero al conjunto de fines orientados a producir cambios en la realidad psicológica y las conductas de las personas, y que generalmente se expresan en verbos como: prevenir (enfermedades mentales o daños psicológicos), aliviar (idem), curar (idem), desarrollar (aptitudes, habilidades, funciones, crecimiento o salud psicológica), estimular (idem), etc.
          En cuanto a la dimensión metapropósitos:
          Dimensiónmetapropósitos
          Valoresconocimiento - acción.
          Análisis: Invocar este nivel significa en algún sentido acercarse a la subjetividad de quien propone la definición. Por cierto, no me refiero necesariamente a su singularidad como persona única ni a su núcleo intencional en términos existenciales, sino más bien a la resultante intencional de aquel conjunto conformado por los paradigmas científicos vigentes, su estilo cognitivo, su sistema de creencias, y por qué no también lo primero; en fin, a todo aquello podría caracterizarse como perfil epistemológico.
          Por resultante me refiero a una orientación actitudinal expresada en un énfasis hacia el conocimiento o hacia la acción. Así, en un caso uno de tales posibles perfiles epistémicos tendería a conceptualizar lo psicológico en términos de un misterio a develar, mientras que en otro lo psicológico sería una especie de tránsito necesario de una "materia" a modificar, sea transformándola o buscando -para sí misma- la revelación de su esencia.
          Sin duda sólo se trata de una cuestión de énfasis, pero sin embargo importante, porque en algún sentido condicionará lo que en el ejercicio científico o profesional será considerado medio y fin. Así, para alguien conocer el funcionamiento de la memoria podría ser la clave para mejorar métodos de enseñanza o concebir nuevas técnicas psicoterapéuticas, mientras para otro la optimización de los procesos de recuperación mnémica solo constituye un hito en el camino hacia la posibilidad de develar por qué el ser hombre es un ser temporal.
          Sin duda, la relación entre lo que es considerado medio y fin puede ser también interpretado en términos relativos, como una cuestión de táctica implícita en pos de avanzar hacia una única unidad de comprensión-modificación. En efecto, quizás en un nivel de causas "finalísimas" los diferentes teóricos podrían concordar en sus objetivos, solo que en virtud de esa estrategia general deciden adoptar tácticas donde el conocimiento es priorizado a la acción o viceversa. Con todo, ésto muestra nuevamente la pertinencia de la dimensión.
          Inspeccionando una matriz morfológica
          Antes de continuar el análisis de las dimensiones ya es momento de considerar las diversas maneras de recorrer una morfología conceptual. En el cuadro 1 se muestra configurada la primera porción de lo que se viene desarrollando.





          Tabla 1Estructura morfológica básica para una definición teórica de la Psicología


          META-PROPOSITO
          PROPOSITO
          OBJETO
          METODO
          CONOCER
          DESCRIBIR
          CONDUCTA
          SUBJETIVO
          OPERAR CAMBIOS
          EXPLICAR
          VIDA MENTAL
          OBJETIVO
          AMBOS
          COMPRENDER
          * Conciencia
          CLINICO
           
          PREDECIR
          * Inconsciente
          EXPERIMENTAL
           
          CONTROLAR
          * Ambos + sus relaciones
           
           
          OPERAR CAMBIOS
          FENOMENOS NEURONALES
           
           
           
          TODOS + SUS RELACIONES
           

          Pasemos ahora a considerar el asunto de su recorrido. Existen muchas maneras de recorrer una morfología conceptual conforme a la semántica asociada. Así por ej.: se puede prescindir por entero de la consideración de una determinada dimensión (o de su explicitud) (vg. no tener en cuenta la dimensión metapropósito); a su vez dentro de cada dimensión se pueden tomar decisiones disyuntivas (seleccionar conducta y descartar mente) o conjuntivas, las que a su vez pueden ser (vg. seleccionar conducta y mente, pero considerando que la primera posee una mayor importancia). A su vez, es claro que muchas de las dimensiones podrían a su vez sub-dimensionarse (como ya se ha hecho con la dimensión propósito y como podría hacerse al dividir método en base a: el punto de vista del agente que lo aplica (introspectivo-objetivo) y al punto de vista del razonamiento lógico implicado (deductivo-inductivo), etc.
          Digamos por último, que recorrer una morfología supone tomar una decisión para cada una de los que se juzga necesario. El producto obtenido constituirá entonces una instancia particular del tema considerado, vg.: una definición de psicología.
          Es obvio que algunos cruces en este espacio combinatorio quedarán "prohibidos" para muchas personas, y quizás alguno de ellos para todas. Por otra parte, resulta evidente que las decisiones son interactivas, unas implican o condicionen las otras. Por ej.: al decidir el valor conducta en la dimensión objeto queda condicionada la elección de la introspección como método (¿pero es así siempre?), etc.
          Finalmente hay un aspecto sutil en el análisis morfológico que ni Lullio ni Hofstadter parecen haber advertido, y que representa algo que va más allá de una cuestión interactiva simple. Me refiero a un nivel de interacción recursivo o dialéctico entre las diferentes elecciones. Así, para poder tomar una decisión respecto al "método" de alguna manera se debiera conocer algo del "objeto", para lo cual de alguna manera ya debería contar con un "método". Por la importancia del tema le dedicaré una sección especial.[11]
          En el siguiente cuadro aparece ejemplificado lo dicho hasta aquí a través de algunas definiciones de Psicología.
          • Definición 1 (etimológica): Estudio del alma. Podría interpretarse en estos términos: Metapropósito: conocer. Propósito: comprender. Objeto: mente? Método: introspección?
          • Definición 2 (clásica): Ciencia de la Vida Mental (W. James). Metapropósito: conocer. Propósito: describir? Objeto: mente. Método: introspección.
          • Definición 3 (conductista): Ciencia que estudia la conducta de los organismos. Metapropósito: ? . Propósito: describir .Objeto :conducta. Método: objetivo.
          • Definición 4 (standard): Ciencia que intenta describir, explicar y comprender la vida mental. Metapropósito: ? Propósitos: describir, explicar y comprender. Objeto: mente. Métodos. introspectivo - objetivos, etc.
          • Definición 5 (standard ampliada): Ciencia que intenta describir, explicar la mente y la conducta, con los propósitos finales de comprender su naturaleza y poder operar cambios en consecuencia. Metapropósitos: Conocer (comprender) y generar cambio. Propósitos: describir, explicar, predecir y operar. Métodos: los necesarios y adecuados.
          • Definición 6 (hiperbólica): Ciencia orientada a generar imágenes plausibles sobre la mente. Metapropósitos: conocer. Propósitos: describir, explicar, comprender? Método: introspectivo, experimental, clínico, hermenéutico, etc.








      5. Niveles, extensiones y ámbitos
      Analizaré aquí la segunda sección de la matriz.
    2. Los niveles de análisis
      Esta dimensión posee importante historia en la Psicología. Se la ha expresado de muchas maneras. Destacaré las más importantes:
      Nivel de análisis 1:
      Valoresmolecular - molar
      AnálisisIntroducida por Broad y retomada por principalmente por Tolman la distinción molecular-molar aludía, respectivamente, a la necesidad de diferenciar un enfoque atomista que disgrega las totalidades en segmentos, en contraposición a otro orientado al abordaje de las totalidades mismas como unidades de estructura y sentido. Al respecto Bleger, refiriéndose a Tolman, señala que: "la conducta molecular está constituida por los elementos subyacentes, fisiológicos y físicos, de una respuesta total; la conducta molar en cambio, es más que la suma de los fenómenos fisiológicos y físicos, es un fenómeno emergente que tiene propiedades descriptivas y definitorias propias, y que tiene que ser estudiado, por lo tanto, como hecho en sí mismo "con prescindencia de cualquier proceso subyacente muscular, glandular o neural" (el último entrecomillado es cita textual de Tolman).
      De acuerdo a Tolman, la intencionalidad constituye la característica saliente de la conducta molar, lo cual se expresa de tres maneras: la "tendencia a" hacia un objeto-fin; la implicancia de algún género de interacción medio-fin; la selectividad en la esencia de los objetos-fin y los objetos-medio.
      En síntesis, lo que en la siguiente subdimensión se denominará micro-nivel y nivel-emergente, en que se encuentran instanciados en términos de fragmentos conductuales a-significativos (y también "a-mentales") y totalidades significativas fusionadas en unidades de intención-acción.
      Nivel de análisis 2:
      Valoresmicronivel - nivel emergente
      AnálisisAunque emparentada con la anterior no se la debe confundir por ser ésta más específica. En el actual debate en ciencias cognitivas se expresa en términos de nivel de representación vs. nivel subsimbólico. La hipótesis de un nivel representacional es constitutiva de la psicología cognitiva y del denominado cognitivismo. En ambos la naturaleza del sistema representacional posee básicamente un estatuto de carácter simbólico. Por su parte, el conexionismo o procesamiento paralelo distribuido postula la existencia de un nivel anterior, al que conceptualiza en términos de microprocesos de carácter subsimbólico o pre-representacional, y al que atribuye la eficacia causal del nivel representacional emergente.[12]
      La presente distinción es simétrica de la que se plantea al conceptualizar al nivel psicológico como emergente del nivel neuronal, o éste del nivel molecular subyacente.
      Otras versiones equivalentes, ya en el mismo plano psicológico, se expresan en términos de la mención a un nivel fenomenológico (vg. experiencia consciente) en contraposición a un nivel representacional subyacente de naturaleza informacional o computacional. Una caso particular, aunque ligeramente distinto, lo constituye la distinción propuesta por Chomsky (1974) en el estudio del lenguaje, entre una estructura lingüística superficial (el lenguaje expresado) como nivel emergente de una estructura profunda, entendida como un sistema cuasi-computacional sujeto a un sistema de reglas.
      En síntesis, todos los casos mencionados remiten a la conceptualización de una "familia de niveles incrustados", lo cual nuevamente hace necesario conceptualizar la noción de niveles de integración ya apuntada, junto a la cuestión subsidiaria de la emergencia entre niveles.
      Nivel de análisis 3:
      Valoresintrapsíquico - interaccional.
      AnálisisSe trata de una dimensión importante en tanto que en base a la misma se suele plantear la diferencia entre psicología (del individuo) y psicología social. Obviamente la consideración del tema desborda los alcances de este trabajo. Sólo creo importante destacar la vigencia de lo que ésto involucra, recordando que conceptualizaciones de la Psicología contemporánea, como el denominado enfoque interaccional de la comunicación propuesto por Bateson (1965) y Watzlawick (1974), están grandemente comprometidos con esta distinción.
      Nivel de análisis 4:
      Valoresgeneral - individual
      Análisis: Constituye otro de los grandes niveles de decisión que históricamente han determinado maneras aparentemente irreconciliables de entender la Psicología.
      Dada la imposibilidad de tratar en detalle tan vasto tema, creo oportuno transcribir la siguiente cita de Allport (1977), quizás el autor que con más vehemencia ha insistido en la toma de posición por el estudio de lo individual:
      "La característica saliente del hombre es su individualidad. (...) [el psicólogo] consiguió así descubrir procesos ordenados que tiene lugar en la mente generalizada, pero el fenómeno de la individualidad que él excluyó deliberadamente, siempre vuelve a parecérsele y a perseguirlo.(...) La mente humana generalizada es enteramente mítica; le faltan la mayor parte de las características esenciales de la mente: la localización, el carácter orgánico, la acción recíproca entre las partes y la autoconciencia".

    3. Extensión a niveles conexos
      Especificamente, ésto refiere a la manera como es conceptualizada la relación entre la Psicología y los ámbitos conexos en el hipotético continuo antes referido como 'niveles de integración'.
      Dimensiónextensión a niveles conexos
      Valorescerebral - social
      AnálisisEspecificamente, aquí se alude al grado en que se juzga necesario o legítimo que la Psicología recurra a uno o a varios de aquellos niveles, aún cuando ya exista una toma posición sobre el objeto.
      En ese sentido, se puede ser mentalista y por ende considerar el carácter legítimo del nivel mental, y sin embargo, considerar que para el avance de la Psicología como ciencia (en cualquiera de las versiones que de ella se tenga) es necesario recurrir a un nivel neurofisiológico. Por otra parte, se puede considerar que si bien los fenómenos mentales acaecen en las mentes individuales sería inútil comprender sus particularidades sin atender a la dimensión interaccional y social.
      En síntesis, en muchas ideas, similares a las de los ejemplos anteriores, parece expresarse que se puede avanzar hacia la comprensión del fenómeno de lo psicológico a través de conocer su interacción con fenómenos conceptualizados en planos diferentes pero de referencia ineludible.
      A su vez esa referencia admite diversos grados: puede ser necesaria o sólo conveniente; puede constituir el núcleo del esquema explicativo o sólo representar una parte complementaria; etc.
      Así por ej., en relación a la interacción nivel mental-nivel neuronal, se puede asumir que: lo mental constituye per se una naturaleza no reductible a lo físico, pero simultáneamente considerar su subordinación causal respecto de ese nivel (vg. esta afirmación: la mente es algo distinto al cerebro pero sus estados dependen de los estados cerebrales). De tal modo, puede a la vez considerarse que la remisión a ese nivel causal es necesaria, y finalmente entender que ése debe ser el nivel verdaderamente explicativo. Pero también puede considerarse que la remisión a dicho nivel sólo resulta un complemento útil, al que en muchos casos es conveniente apelar, pero que de ninguna manera es imprescindible hacerlo (y también: que lo que la referencia es efectivamente necesaria, pero que sólo es un medio para un fin, es decir que aún acordada esa necesariedad sólo se la juzga como medio, nunca como un fin.)
      Algo análogo ocurre respecto a la interacción "nivel mental individual - nivel interaccional-social". En efecto, puede pensarse que, aunque lo que acontece en las mentes individuales es un hecho real y per se no reductible a (ni confundible con) la naturaleza del medio físico o humano con que las personas (en tanto unidades psico-físicas) interactúan; es también un hecho que los productos de esas interacciones físicas y -fundamentalmente- sociales, confieren al anterior ciertas características peculiares, que quizás en definitiva constituyan el núcleo central de cualquier indagación. Creo que resulta evidente que en un caso así el carácter de la "invocación" al nivel interactivo-social es no sólo necesario sino que resulta una causa final. Pero también, sin embargo, insistiéndose con el énfasis en el nivel intrapsíquico, puede legítimamente considerarse que puesto que sea lo que fuere lo que ocurra en el medio social (y físico) en que a las personas les ha tocado existir, en última instancia lo que ellas experimentan ocurre en sus mentes individuales; en virtud de lo cual la referencia a ese medio social es necesaria en tanto cuestión de hecho pero contingente en cuanto a su significación general. Para ser más explícito, por ej., aún cuando casi toda pasión humana sea en esencia relativa a algún otro humano significativo, lo que se argumentaría es que el núcleo fenoménico de la cuestión es, por así decirlo, la vivencia misma de la pasión, en la cual esos otros humanos en todo caso se encuentran representados; en ese sentido la consideración de las interacciones reales sólo constituirían un medio necesario o conveniente para el hallazgo de pistas para develar el fenómeno, pero nunca un fin en sí mismo.
    4. El ámbito
      Refiere a la cuestión del tipo de entidades sobre las que son abstraídas las propiedades de lo es conceptualizado como objeto, y también a las que se considera legítimo extenderlas.
      Dimensiónámbito
      Valoreshumano-animal-sistemas artificiales
      Análisis: Históricamente el referente del objeto de la Psicología ha sido el hombre. Es conocido que a partir del conductismo para muchos autores ese objeto se amplió hacia otro tipo de organismos, de manera tal que quedó incluido gran parte del ámbito animal. Esta inclusión, de carácter explícito, aparece en el conductismo originalmente asociada a la concepción de que la conducta es el objeto de estudio de la Psicología. No obstante, cuando Tolman postula que es necesario invocar un nivel explicativo que desborde las correlaciones entre estímulos y respuestas, lo hace también extensivo a los animales. En rigor, es también a partir de los mismos resultados observados en la conducta de ratas bajo experimento, que Tolman se ve precisado a adscribir nociones mentalistas, (vg. intenciones, mapas cognitivos, etc.) para su explicación.
      Similarmente, en las investigaciones pioneras del gestaltista Köhler en donde se observó que los chimpancés eran capaces de adquirir conductas instrumentales, vuelve a parecer la atribución de procesos mentales al animal.
      No tan claras ni tan explícitas resultan otras generalizaciones. En el cuadro las he referido bajo el rótulo inespecífico de "sistemas artificiales".
      En un sentido estricto la expresión alude a hipotéticos sistemas, tales como maquinas computadoras, programas de inteligencia artificial o robots capaces de evidenciar cierto tipo de conductas, las cuales realizadas por humanos constituyen la expresión de una mentalidad.
      En un sentido amplio, alude a cierto tipo de sistema creado por el hombre que a determinado nivel de abstracción (aunque indeterminado respecto a su valor literal o metafórico) podría conceptualizarse como "sistemas intencionales". En esa categoría entrarían, además de los sistemas artificiales anteriores, varios géneros de organización y/o institución humana y tales como empresas, naciones e iglesias, y aún tipos de colectivos (en el sentido lógico de la expresión) humanos de existencia virtual como grupos de poder, masas o movimientos sociales en pos de un objetivo.
      Conceptualmente la cuestión parece ser la siguiente: por un lado, existen muchos autores que entienden que lo mental bien podría encontrase instanciado en sistemas físicos diferentes a los organismos biológicos, lo cual conlleva a redefinir el objeto de la Psicología y/o a extender su alcance. Hago la salvedad, como ya explicaré en el capítulo 3, que dicha concepción es expresada de manera literal y no metafórica. Por otro lado, también existen autores que entienden legítimo referirse, no ya a las problemáticas psicológicas individuales o grupales dentro de las organizaciones, sino más bien a la dimensión psicológica como un atributo más de las mismas, predicable por ende a nivel del todo. Así, acostumbran a emplear nociones como: personalidad, mente, inteligencia, aprendizaje o inconsciente organizacional. Si bien es cierto que a veces se plantea el carácter metafórico de la atribución no siempre es el caso. En la medida en que ello queda a veces indeterminado, queda justificada aquí su pertenencia dentro de esta categoría-problema.







      Tabla 2Continuación de la estructura morfológica básica para una definición teórica de la Psicología


      N de A. 1
      NIVELES de N. de A. 2
      ANALISIS N. de A. 3
      N. de A. 4
      EXTENSION A NIVELES CONEXOS
      AMBITOS
      MOLECULAR
      MICRONIVEL
      INTRAPSIQUICO
      GENERAL
      CEREBRAL, etc.
      HUMANO
      MOLAR
      NIVEL EMERGENTE
      INTERACCIONAL
      INDIVIDUAL
      SOCIAL
      ANIMAL
      NECESARIO
       
       
       
       
      SISTEMAS ARTIFICIALES

      En última instancia, la cuestión del límite virtual donde se incluye y excluye del dominio de lo psicológico a un tipo particular de entidad, esconde implícitamente parte de la concepción sobre la naturaleza de lo mental y por ende del significado de la Psicología.
      VI.3- Presupuestos básicos, naturaleza a develar y metadecisiones
    5. La cuestión sobre la naturaleza a develar
      Comenzaré aquí el tratamiento de la tercera porción de matriz conceptual, que aparecerá en la tabla 3. El significado de esta dimensión es fundamental. En la introducción ya me he anticipado su importancia. Especificamente refiere al tipo de preguntas que realizamos sobre el objeto, ésto es: qué atributo o más bien que aspecto es considerado el de mayor relevancia. Por cierto esta dimensión es fundamentalmente interactiva con la de objeto. Resulta obvio que el tipo de preguntas será diferente conforme nos refiramos a la conducta, a la mente o a ambas. En particular, me referiré principalmente a la mente.
      DimensiónNaturaleza a develar
      ValoresOntológica - Estructural - Funcional
      AnálisisLos valores elegidos se expresan, respectivamente en estas preguntas: ¿qué es la mente (o conducta)?; ¿cómo está organizada la mente (o la conducta)?; ¿cómo funciona (o está funcionalmente organizada) la mente (o la conducta)?
      Soy consciente que se podría objetar el carácter de la distinción, atendiendo a la cuestión de sus límites. Es cierto que la naturaleza esencial de algo también se puede aproximar en términos de su organización, la organización en términos de su función, y que la "esencia" de algo es a veces precisamente su misma función, etc. Sin embargo, creo necesario señalar:
      1. El carácter borroso de los límites está admitido.
      2. El orden elegido revela una transición que comienza en lo ontológico y termina en lo funcional.
      3. Si bien los términos de la distinción revelan una cuestión de énfasis, en el contexto que nos ocupa las mismas cobran implicancias relevantes.
      4. Dichas implicancias surgen a veces de manera paradójica (tal como luego se verá a propósito del debate sobre inteligencia artificial) sucediendo que al homologar la esencia a la función (aprovechando que la primera puede en algunos casos ser concebida funcionalmente) se soslaya que en ciertas entidades ciertas funciones existen conformando un todo indivisible con su sustancia; aún cuando fuera posible aislarlas se desvirtuaría su naturaleza.
      5. En consonancia con lo anterior, y a propósito de los aspectos funcionales: que sea que se hable de mente, conducta o cerebro, en última instancia se supone que se está hablando de algo real, existente en el plano óntico, y no de un arte-facto, bien, o hecho cultural creado por el hombre o donde relación entre las "notas funcionales" y las "materias primas" en que las primeras se corporizan y admiten un número indefinido de grados de libertad.
      Para que lo último no resulte oscuro, insisto en adelantar que me refiero particularmente a la denominada doctrina funcionalista postulada en filosofía de la mente y ciencia cognitiva. Según mi análisis, el definir la mente en términos funcionales tiene un costo muy elevado: la incertidumbre sobre si no debería entonces atribuirse mente a los robots y otros sistemas de inteligencia artificial.
      Por último, en esta dimensión también se podría haber agregado a modo de valores preguntas tales como: ¿Qué es lo que causa a, o cuál es el propósito de, o cómo evolucionan las mentes (o a la conducta)? No es posible realizar su tratamiento exhaustivo en este apartado.
    6. i- Posturas respecto al nivel ontológico de lo mental:
      Esto refiere a las concepciones epistemológicas implícitas sobre la naturaleza de lo mental
      Así como pueden postularse niveles y metaniveles en relación a los propósitos también cabe hacerlo en relación a las asunciones o atribuciones básicas sobre lo mental. Conceptos epistemológicos como "supuestos básicos subyacentes", "creencias ónticas básicas", "modelos o metáforas raíces", etc., constituyen una genuina expresión de ello.
      Dimensión: Supuestos sobre la naturaleza de lo mental
      Valores: lo mental existe como una realidad particular - lo mental no existe - lo mental es la conducta - lo mental son los sistemas neuronales- lo mental es cierto tipo de organización informacional - lo mental es una construcción hipotética sin caracterizar.
      AnálisisAntes de comenzar el análisis hay que destacar una cierta parquedad en la denominación de los valores; en el texto se aclarará cada caso. La primera consideración a realizar se relaciona con los diferentes órdenes categoriales donde "caen" los valores.
      En el sentido más simple se podrían distinguir las diferentes posibilidades en términos de la aceptación o rechazo explícito sobre lo mental. En tal sentido, correspondería diferenciar al reduccionismo conductista (1) (en su interpretación más radical) del resto, en la medida en que es el único caso explícitamente eliminacionista. no obstante, se podría argumentar que el resto de las posturas reduccionistas (3, 4 y 5) también terminan siendo eliminacionistas, de manera que habría entonces tres categorías: asumir la existencia de lo mental (1), negarla (2,3,4,5) o dejar la cuestión indeterminada (6).
      En un sentido más abstracto se podría "aislar" un nivel gnoseológico que pone el acento más en los términos que en sus referencias, y así diferenciar otro nivel más genuinamente óntico u ontológico donde la cuestión de la referencia es central. De 1 a 4 serían genuinos de esto último; 5 y 6, de lo primero.
      1. MENTALISMO INGENUO: lo mental existe. es básica e intrínsecamente mental. mentalismo ingenuo. (SEARLE, 1985).[13]
      2. Reduccionismo Conductista: lo mental no existe, sólo existe la conducta observable (conductismo radical, interpretación ontológica del reduccionismo conductista watsoniano).
      3. REDUCCIONISMO FISICALISTA: lo mental es básicamente sustancia neuronal (teoría de la identidad mente-cerebro o materialismo de estado central). (place, 1956; Armstrong, 1968).
      4. REDUCCIONISMO INFORMACIONALISTA: lo mental es básicamente informacional. (cognitivismo ontológico). (Fodor, 1981).
      5. Reduccionismo Semántico: El discurso mentalista tiene significado, pero ese significado refiere a relaciones entre estímulos y respuestas (conductismo lógico, Ryle, 1967)
      6. Indeterminismo o "Mentalismo" Neutro Formal: lo mental es un nivel hipotético legítimo para explicar la conducta, pero su naturaleza íntima resulta indeterminada (González, 1989).






      Para ilustrar lo anterior en la fig. 1 he esbozado parte de lo que sería una posible red semántica de "psicología" En esta red, entre otras cosas, puede leerse:
      Psicología es una ciencia, motivo por el cual la ubicamos en un nivel gnoseológico. Siempre en ese nivel, la ciencia se caracteriza como un tipo particular de conocimiento, que puede asimilarse a la categoría general de información. Por otra parte, ya en un nivel óntico, los objetos posibles de la Psicología son 1. la mente, 2. la conducta y 3. el cerebro.
      Las líneas representan: a: la tesis del mentalismo ingenuo donde se afirma que la Psicología tiene como objeto de estudio a la mente, que se concibe como algo diferente de la conducta, y como algo (sistema u organización mental) esencialmente irreductible a un sistema físico-cerebral ni físico-informacional.
      A su vez, la naturaleza última o atributo definitorio de los sistemas mentales puede ser concebida como un atributo ontológico particular inherente a cierto tipo de entidades como las personas (Spinoza), como sustancias ontológicas que interactúan con los cuerpos físicos de las personas definiéndolas como tales (Descartes), o como un rasgo emergente del cerebro (Searle, 1985).
      La flecha punteada que va desde mente (2) hasta sistema informacional (Z) representa la tesis del cognitivismo ontológico que reduce lo mental a lo informacional y considera a este nivel como un nivel ontológico autónomo.
      Las líneas 3 que van de mente hasta a sistema físico representan al reduccionismo fisicalista entiende que la mente es el cerebro, por lo tanto un sistema físico.
      Las lineas 2 representan la tesis de que el objeto de la Psicología es la conducta que esencialmente es un ordenamiento particular de eventos que ocurre en el nivel físico.
    7. Metadecisiones respecto al estudio de la Psicología: una última dimensión relevante: el problema del marco teórico
      La dimensión alude al problema vinculado al valor que debiera concedérsele al marco teórico en relación al que se le concede a los fenómenos mismos. En principio, la cuestión puede entenderse como la expresión de un genuino debate epistemológico, aunque también es probable que sea el reflejo de dos cosmovisiones o estilos epistémicos dificilmente conciliables. Para ofrecer un adelanto de este último sentido, me parece oportuna esta cita de Borges, refiriéndose a una idea de Bloy. Dice Borges:
      [Bloy decía que] "los hombres nacen aristotélicos o platónicos. Los últimos intuyen que las ideas son realidades; los primeros, que son generalizaciones. Para éstos, el lenguaje no es otra cosa que un sistema de símbolos arbitrarios; para aquellos; es el mapa del universo. El platónico sabe que el universo es de algún modo un cosmos, un orden: ese orden, para el aristotélico, puede ser un error o una ficción de nuestro conocimiento parcial. A través de las latitudes y de las épocas, los dos antagonistas inmortales, cambian de dialecto y de nombre: uno es Parménides, Platón, Spinoza, Kant, Francis Bradley; el otro, Heráclito, Aristóteles, Locke, Hume, William James". (Borges, 1949).
      Aún cuando los estilos aludidos en el fragmento no son simétricos a los que aquí me ocupan, sí resulta similar la idea de su carácter irreconciliable.
      Comenzaré por precisar la naturaleza del problema:
      Quien más, quien menos, casi todos los estudiosos de la Psicología acuerdan sobre el valor del marco teórico, e igualmente acuerdan sobre la importancia de los hechos, llámenle a éstos base empírica, práctica o simplemente realidad. El quid de la cuestión parece radicar en la importancia que implícitamente se le concede a teorías y a hechos a la hora de teorizar sobre la Psicología (no de practicarla).
      Desde una óptica ligeramente diferente el tema puede entenderse a partir de algunas preguntas: ¿en qué medida y en qué momento las teorías dejan de favorecer la comprensión para comenzar a restringirla?; ¿en qué medida las teorías se hallan al servicio de una comprensión genuina o constituyen una estratagema interna para asegurar al menos una pseudocomprensión, que en última instancia y para muchas personas puede resultar menos conflictiva que la duda permanente y desestructurante?; ¿si es cierto que, como alguien dijera, nada hay más practico que una buena teoría, no lo es también que, a veces, nada hay más obstaculizante que una buena teoría inadecuada, o la imposibilidad de salirse de sus límites aún cuando globalmente fuera valorable? Se advierte que la cuestión involucra ya una multiplicidad de niveles, y que por momentos parece tornarse paradojal.
      Para referirme a las cosmovisiones supuestamente enfrentadas conceptualizaré un enfoque posible al que denominaré "centrado en la teoría" y lo opondré al que llamaré "centrado en los fenómenos". En términos de la morfología conceptual se tiene entonces:
      Dimensión: metadecisiones respecto al estudio de la Psicología
      Valores: orientado hacia los fenómenos- orientado hacia las teorías
      Análisis: Lo que expondré proviene más de mi experiencia personal, como alumno, docente e investigador de la Psicología, que a su expresión en los textos, que por supuesto la hay.[14]
      Comenzaré por caracterizar a los dos tipos puros correspondientes a ambos perfiles epistémicos. Llamaré posición 1 al enfoque centrado en las teorías, y posición 2 al centrado en los fenómenos. La caracterización se realizará a través de una serie de afirmaciones paradigmáticas No obstante deberá atenderse al "cuadro global" engendrado a partir de las mismas, más que al valor unitario de cada afirmación. Además, cada afirmación deberá entenderse más por lo que parece enfatizar que por su significado literal. A continuación se presenta la caracterización:
      La posición 1 sostiene: Puesto que accedemos a la realidad a través de teorías y éstas son una construcción humana, en última instancia nunca podremos remitirnos a experiencias cruciales para estimar en qué medida nuestras concepciones son correctas.
      La posición 2 sostiene: Puesto que los fenómenos a los que refieren nuestras teorías preexisten a éstas, dadas diferentes teorías lo importante es comparalas para determinar con algún criterio razonable cuál resulta más adecuada, aún cuando creamos que nunca conoceremos la realidad última, entre otras cosas, por estar nuestro conocimiento condicionado por nuestras teorías.
      Nótese que en ambos casos se acuerda:
      1. La realidad es en definitiva desconocida.
      2. Las teorías condicionan nuestra acercamiento a la realidad.
      En lo que no se acuerda es en:
      1. El énfasis con que se realiza la afirmación.
      2. Las implicancias que se extraen de la misma.
      Veamos esta serie de ligeras variaciones:
      La posición 1 sostiene: las teorías son un puente obligado de acceso a los fenómenos, dependerá de mi teoría la observarción tal o cual fenómeno.
      La posición 2: Los hechos existen más allá de nuestras teorías. Las teorías son sólo un instrumento para acercarnos al conocimiento de los hechos.
      Posición 1: El fin de la ciencia debe ser el desarrollo de las teorías. El principal valor de aquello que llamamos hechos, que no son otra cosa que microteorías, es contribuir al desarrollo de aquéllas.
      Posición 2: El fin de la ciencia debe ser el logro de un mayor conocimiento y comprensión de los hechos. Para ello las teorías constituyen un instrumento y un momento necesario, pero no se debe olvidar que son sólo medios, nunca fines.
      Posición 1: Los hechos son construcciones.
      Posición 2: Las teorías son cierto tipo de hechos objetivables (atribuciones psicológicas sobre la realidad).
      Posición 1: Los modelos teóricos son sólo ordenadores de nuestras microteorías.
      Posición 2: Los modelos son construcciones lógico-gnoseológicas que poseen referencia hacia algún aspecto de la realidad.
      Por último, cabe agregar:
      Para la posición 1: En la medida en las teorías tienden a constituir un fin en sí mismas declarar la referencia a un marco teórico es una clave para orientar lo que efectivamente se afirma. En la medida en que los hechos tienden a quedan relativizados en función del marco teórico; la potencial incongruencia entre dos teorías respecto a lo que aparentemente es el mismo hecho no produce ningún género de disonancia, sino que en todo caso es confirmatoria del relativismo epistemológico del cual se parte. En la medida que existe discrepancia entre dos hechos seguramente se trata de dos hechos diferentes.
      Para la posición 2: En la medida en que las teorías sólo constituyen un puente provisorio hacia hipotéticos hechos, la mejor referencia para orientar lo que se afirma es la mención al problema de hechos-teorías que se esta intentando resolver. En la medida en que los hechos, mor hipótesis, preexisten a los marcos teóricos; la potencial incongruencia entre teorías produce un género de disonancia para cuya resolución es necesario calibrar la virtual triangulación teoría1-teoría2-hecho.
      Ahora analicemos el asunto desde otro punto de vista. La fig. 2 representa lo que llamaré matriz escuelas-fenómeno. Se trata de un cuadro de doble entrada cuyas filas refieren a teorías formuladas por las diferentes escuelas de Psicología y las columnas refieren a fenómenos.








      Lo que la matriz expresa parece ser simple: existe un nivel donde ubicamos las teorías y otro donde ubicamos los fenómenos; ambos están relacionados.
      Sin embargo, las posiciones 1 y 2 darían una descripción ligeramente diferente: Comencemos ahora por la posición 2:
      Posición 2: Existe un nivel gnoseológico donde existen las teorías. Existe un nivel óntico donde existen los fenómenos. Las teorías expresadas en el nivel gnoseológico se aplican a los fenómenos del nivel óntico.
      Posición 1: Existe un nivel gnoseológico donde se ubican las teorías. Por otra parte existe un nivel óntico indiferenciado e intrínsecamente incognoscible. Cualquier teoría recorta sobre este nivel algo que es conceptuado como fenómeno.
      La posición 1 pretende que se debe entrar a la matriz en el sentido horizontal, es decir a través de las teorías. En la medida en que alguno de los fenómenos resulta central a la teoría (vg. inconsciente al psicoanálisis; representación a la psicología cognitiva; etc.) su desarrollo irá 'iluminando', 'recortando' y 'significando' de determinada manera a algunos de los restantes fenómenos. Además, existe cierta reticencia a considerar que la matriz pueda leerse en forma vertical: hacerlo es sospechoso de eclecticismo, lo que se valora negativamente.
      Por su parte, la posición 2 pretende que lo más importante es entrar a la matriz de manera vertical, es decir centrándose en los fenómenos. Cada fenómeno adquiere entonces el status de un problema o enigma a resolver. En la medida en que ésto se tenga presente como el objetivo principal, también se admite las entradas que "vienen" desde las teorías (o los caminos que desde una casilla determinada conducen a aquella). En este sentido, a nivel de la estrategia existe un comprometerse con la elucidación de los fenómenos, pero a nivel de la táctica se admite la referencia a las teorías como un medio válido y a veces obligado de avanzar hacia aquel fin; es decir, se adopta una táctica dual en un sentido pragmático. Por último, se reivindica al eclecticismo, aclarándose que debe diferenciárselo del sincretismo, e interpretando que desde posiciones como la 1 existe una tendencia a confundirlos.
      Analicemos ahora un primer ejemplo ilustrativo de la manera en que piensa cada una de ambas posiciones:
      Posición 1: Piaget sostiene que la imagen mental se adquiere antes de los 2 años mientras que Freud ya la atribuye al infante a propósito de la vivencia de satisfacción entonces: aparentemente se está ante una contradicción: es probable que alguno esté equivocado, en tanto lo que afirme no se corresponda con la realidad mental del infante o del niño. Revisaré el significado contextual contra mi comprensión preteórica (y la de otros autores) sobre lo imagen mental; si logro encajar esas evidencias en un cuadro inteligible me expediré con una conclusión más o menos certera, más o menos aproximada, tanto sobre si el significado es efectivamente el mismo, como sobre cuál de las teorías parece más congruente con la supuesta realidad cuya esencia última seguiré sin conocer, porque para hacerlo debería estar en o ser la mente del bebé o del niño, operación a la que juzgo imposible (por ahora !). Si descubriera que efectivamente los autores estaban refiriéndose a cosas distintas me parecerá significativo que utilicen un término que preteóricamente y teóricamente parece tener ya un significado. Si descubriera que efectivamente existe algún aspecto o propiedad común entre ambos habré ganado y enriquecido el concepto (vg. imagen mental) que presentará ahora características generales y podrá expresarse en tipos específicos. En caso contrario, es decir si el nivel de diferencia no presentara propiedades en común es probable que piense que alguno de los autores esté realizando un uso impropio del referido término, a la par que debiera usar uno distinto para referirse a un hecho distinto; no hacerlo crea una confusión innecesaria. Por último, no comparto aquella idea que sostiene que la aparente contradicción no es tal en la medida en que se estaría tratando de "sujetos diferentes", refiriéndose a que esos hipotéticos sujetos serían dos construcciones teóricas recortadas de la realidad. Más bien me inclino a pensar, en un sentido simple, que se trata de un mismo sujeto: el humano concreto; en un sentido más técnico, que se trata sí de dos abstracciones (más que construcciones) pero realizadas de una misma entidad y en un nivel categorial tan razonablemente similar que no invalida su intersección.
      Posición 2: El hecho de que Piaget sostenga que la imagen mental recién aparece a los dos años mientras que Freud ya la atribuya al infante no reviste ningún problema especial, en la medida en que las afirmaciones provienen de marcos teóricos diferentes que recortan aspectos diferentes de la "realidad" y construyen nociones que implican sujetos diferentes. El significado del término "imagen mental" se recorta en relación a una teoría y en relación a otros términos. Puesto que cada término se define en relación con el resto cualquiera de ellos cobra sentido dentro del sistema. Compararlo entonces con un mismo término pero extraído de otro sistema carece de valor, dado que el significado de éste último derivará de sus relaciones dentro de su sistema. Por otra parte, resultará mucho más fecundo evaluar el valor que posee dentro del sistema a través de los efectos que derivan al postularlo en la teoría.
      A continuación, analicemos un segundo ejemplo que ilustra el valor diferencial que se le concede a la significación preteórica de los conceptos. Tomemos un término especialmente polémico como " inconsciente":
      Para la posición 2 el concepto debió ser aprehendido asimilándose dentro de un background de significados existente en un nivel preteórico, sin el cual resultaría incomprensible. Así, se admitiría la significación preteórica de conceptos como conciencia, pensamiento, intención, olvido etc. Luego existe una serie de aprehensiones intelectivas o bien propias de un nivel teórico o bien alusivas al mismo, tales como leer un texto freudiano, leer la historia de Mr. Hide y Mr. Jeckyl, ver películas al estilo "Cuéntame tu vida", tener una serie de pensamientos y reflexiones en relación a cualquiera de los hechos anteriores, tener alguna experiencia personal o conocer la de otra persona que guarde una analogía estructural con cualquiera de los hechos anteriores, psicoanalizarse, etc. Luego, seguiría la asimilación académica del concepto. Es aquí entonces donde, para la posición 2, la asimilación del concepto se "fusionaría" con el background personal preteórico. Además, el núcleo significacional de ese background es explicitable, aunque no sea reconstruible; es decir: independientemente de que la persona no recuerde ya la filiación entre (por ej.) la historias de Jeckyl-Hyde y un concepto de inconsciente que ahora parece inédito, lo cierto es que un fragmento de significado del primero se ha "filtrado" en el segundo (y por supuesto, sujeto a toda una serie de deformaciones y otras transformaciones producto de su colisión con otros "residuos" y complexos de significados. En suma, para la posición 2 el modelo fusión significado pre-teórico-concepto nuevo, resulta una condición "necesariamente necesaria" para la comprensión.
      La posición 1, en cambio, tiende a considerar que cualquier noción preteórica que eventualmente pudiera, mor hipótesis, aparecer correlacionada con la significación teórica del concepto, no sólo no resulta necesaria sino que además es inconveniente. En este sentido, se piensa que, ese background preteórico funcionaría a modo de un obstáculo epistemológico que es necesario eliminar a través de una suerte de exorcismo cognitivo, o en todo caso a través de experienciar un tipo particular de insight psicológico? Existiría una tendencia a considerar que la remisión a categorías preteóricas por su cercanía a lo que habitualmente se denomina sentido común, forzaría una trivialización del concepto que hallaría su más aséptico significado en términos de otros de igual rango y similarmente alejados del sentido común. Todo intento de "reducción" en contrario es sospechoso de desvirtuar un núcleo de significado autocontenido en una teoría definida como una red de relaciones cruzadas, en nombre de una supuesta comprensibilidad finalmente hibridizante.[15]
      Analicemos ahora lo que sucede cuando dos representantes, A y B, de ambas posiciones interactúan:
      B (posición 2) supone que A asimila el concepto de la misma manera que él, sólo que tiende a atribuirle un cierto "plus" de carácter místico. B piensa que A hace (piensa) ésto porque asumir la aparente "simpleza" del concepto, en realidad traería a A mayores complicaciones (dudas, desilusiones, etc.). B piensa que A, en el fondo, tiene miedo de asumir que muchas ideas que parecen dar respuestas, en realidad responden mucho menos de lo que parece.
      Por su parte A piensa que B no ha, efectivamente, comprendido el significado profundo del concepto. Y que es esa imposibilidad lo que lo impulsa a tratar de reducirlo a categorías ya conocidas. A piensa que, en el fondo, B sencillamente tiene miedo a lo desconocido.
      Veamos por último, lo que piensan A y B respecto a sus propios niveles de convicción y a los del otro: B supone que tiene razón (pero le queda un resto de duda); también supone que A, en el fondo, no puede estar demasiado convencido de lo que dice creer (pero le queda también un resto de duda), (finalmente, a pesar de todo termina creyendo que está en lo cierto en ambos sentidos)
      A simplemente piensa que B aún no ha comprendido lo esencial (y que tal vez, no lo hará nunca).
      En síntesis, espero haber mostrado que la dimensión aquí considerada no trata de una mera decisión sino de una decisión anterior, implícita y fundante de cualquier concepción sobre el significado de psicología.







    Tabla 3Estructura morfológica complementaria para una definición teórica ampliada de Psicología


    NATURALEZA A DEVELAR
    PRESUPUESTOS SOBRE LA NATURALEZA A DEVELAR
    METADECISIONES
    ONTOLOGICA
    LO MENTAL EXISTE COMO UNA REALIDAD PARTICULAR
    ORIENTADO HACIA LOS FENOMENOS
    ESTRUCTURAL
    LO MENTAL NO EXISTE
    ORIENTADO HACIA LAS TEORIAS
    FUNCIONAL
    LO MENTAL ES LA CONDUCTA
     
     
    LO MENTAL ES LA MATERIA NEURONAL
     
     
    LO MENTAL ES (UN TIPO DE ORGANIZACION) INFORMACIONAL
     
     
    LO MENTAL ES UNA CONSTRUCCION HIPOTETICA SIN CARACTERIZAR
     

  7. Las relaciones entre dimensiones: análisis de un caso especial

    En el punto anterior he desarrollado una morfología conceptual para definir psicología. Quiero en éste señalar algunos problemas asociados al uso de esa clase de morfologías, y detenerme en el análisis de uno en particular: la cuestión de la referencia recursiva entre las dimensiones.
    Respecto de lo primero sólo enunciaré algunos de los problemas, acompañados de una descripción sucinta. Estos son:
    1. Las dimensiones no son enumerables. Esto significa que no es posible agotarlas; indefinidamente podrían explicitarse nuevas dimensiones. En nuestro caso: podríamos encontrar nuevas dimensiones significativas para conceptualizar la psicología, cosa que haremos en el capitulo 2.
    2. Algunas dimensiones tienden a solaparse: Esto significa que -llegado un punto- es probable que nuevas dimensiones comiencen a intersectarse con las anteriores. Este solapamiento puede ocurrir de diversas maneras: por ej. cuando una de las dimensiones en realidad es un caso particular de otra en diferente nivel de abstracción, como ocurre entre "objeto" y "presupuestos sobre la naturaleza a develar"; o cuando hay efectiva intersección como entre los niveles de análisis 1 (molecular-molar), 2 (micronivel-nivel emergente) y 3 (intrapsíquico, interaccional).
    3. Algunas decisiones entre dimensiones son interactivas: ésto significa que lo que se decida en una, condicionará las decisiones restantes. Ejemplo de ello es lo que ocurría entre "objeto" y "método". De lo cual surge una especie de jerarquía de decisiones, donde algunas pocas resultarán cruciales a las demás, como bien podría ser el caso de "presupuestos sobre la naturaleza a develar".
    4. Algunas decisiones entre dimensiones son recursivas: ésto significa que la decisión dentro de una dimensión no sólo se encuentra condicionada por la decisión sobre otra, sino que a su vez esta última también lo estará por la primera. Esto es sobre lo que me extenderé más adelante.
    5. Desde una perspectiva pragmática, existe virtualmente un número óptimo de dimensiones en relación a un propósito. Esto significa que en tanto una morfología conceptual se prepara con un propósito determinado (ordenar el tratamiento de un tema, definir más precisamente un concepto, descubrir o inventar algo, etc.) el número de dimensiones presentadas debe ser útil al mismo; por debajo de un límite resultará insuficiente, mientras que por encima será contraproducente.
    Pasaré ahora a considerar el problema de las interacciones recursivas entre dimensiones. Para ello elegiré analizar, a modo de ejemplo, las relaciones entre objeto y método. No obstante, cabe extender las conclusiones a cualquier otro par de dimensiones.








    Comencemos entonces retomando la idea habitual que expresa que los métodos deben adaptarse al objeto. Sin embargo un análisis más profundo revela que la cuestión admite algunas sutilezas. En efecto, analicemos el "espacio lógico" en que parece inscribirse esa prescripción. La figura 3 muestra tres alternativas posibles. Descartemos la segunda al considerarla en su sentido más obvio (ésto es: que el objeto se desvirtuaría o se "inventaría" para adaptarse al método); (no obstante, como veremos luego cabrían interpretaciones más sutiles). Pasemos finalmente a considerar la última alternativa:
    La idea es sencilla: inicialmente no conocemos el objeto, pero sí tenemos un pre-conocimiento de él. En este preconocimiento puede destacarse una "zona" o núcleo mayor sobre la cual mantenemos una mayor convicción o grado de certeza, zonas periféricas sobre las cuales tenemos opiniones más inciertas y, por último, zonas sobre las cuales pareciera haber absoluta incertidumbre. En la medida en que esto aún no es el conocimiento del objeto, sino hipótesis de conocimiento, imaginamos métodos capaces de revelárnoslas. Y entonces sucede que en virtud de la naturaleza que, mor hipótesis, atribuimos a determinadas zonas de ese objeto de pre-conocimiento, podemos o no concebir métodos posibles para determinarlas. Sucediendo finalmente, a través de una especie de mecanismo de ajuste, que lo que es conceptualizado como objeto deviene de una transacción entre lo imaginado como posiblemente existente y lo imaginado como posiblemente cognoscible (en razón, a su vez, de poder imaginar como posible al método orientado a su develamiento)
    Por último, trataré de explicar con mayor detalle la naturaleza de estos procesos recursivos, pretendiendo adentrarme en un nivel más básico de sus mecanismos o si se quiere, en un nivel de complejidad mayor. Como se habrá notado, parte de esa complejidad parece estar dada por la existencia de una tercera dimensión "incrustada" dentro del proceso descrito a la que podría denominarse como "plausibilidad". Por otra parte, invocaré una cuarta dimensión, a la que llamaré "deseabilidad". Luego distinguiré de "plausibilidad" a una quinta denominada "posibilidad", de forma tal que esta última aluda más bien a la posibilidad concebida o imaginada (vg. el contenido de una hipótesis), mientras que la primera refiera a la plausibilidad conferida a la otra. Finalmente, invocaré una dimensión X que refiere a cualquier otra dimensión hipotética que podría participar del proceso decisorio analizado.








    Expliquemos ahora lo que ocurre en un sistema como el descrito, a través de lo diagramado en la figura 4. Una lectura posible sería:
    La naturaleza de lo que es conceptualizado como objeto de la Psicología se va determinando co-referencialmente en relación a los métodos que son concebidos como posibles y juzgados como plausibles; los cuales a su vez dependerán de lo que resulte de las interacciones entre aquellas propiedades del objeto que son imaginadas como posibles, valoradas como deseables, juzgadas como plausibles y compatibles con otros criterios de decisión.
    Por supuesto, el contenido del diagrama puede leerse en un sinnúmero de órdenes diferentes sin alterar su significado central.
    Por último, ilustremos a través de dos de ejemplos diagramáticos la manera en que deseabilidad y plausibilidad se entrelazan condicionando, en un caso la decisión sobre el objeto, y en el otro la decisión sobre un problema puntual de la psicopatología y la psiquiatría. A pesar de que la dimensión método no se expresa en el diagrama (por los límites de la representación bi-dimensional), obviamente se encuentra implícita "recorriendo su espacio".








    La figura 5 muestra el siguiente caso hipotético: sería altamente deseable que la Psicología se ocupara del estudio de la mente, pero esa empresa no parece demasiado plausible. Si parece ser más plausible el estudio de la conducta, algo que es relativamente deseable. Una decisión podría ser adoptar a esta última como objeto en aras de la certidumbre; otra adoptar como objeto a la mente en aras de la deseabilidad; una tercera, podría ser adoptar a la conducta como objeto de estudio transitorio hasta tanto surja algún nuevo hecho, método o teoría que haga razonablemente plausible el estudio de la mente.








    La figura 6 muestra algo análogo en relación al evento hipotético "cura de la psicosis". Lo deseable aparece relacionado con el logro de una cura a través de métodos psicológicos, lo plausible relacionado con algún método biológico. Las decisiones, en principio, surgirán en base a lo que se priorice. No obstante, la situación "define un espacio de posibilidades" en el que, entre otros, se encuentran: modelos de cura biológica más aceptables, modelos de curas psicológicas más plausibles, modelos de cura mixta, etc.
    A continuación veamos sólo algunos ejemplos típicos, presentados en forma harto asistemática:
    1. Sería deseable conocer la naturaleza per se de los fenómenos inconscientes, pero esto parece implausible, ya que ni siquiera contamos con un modelo de lo que podría significar. Conclusiones probables: 1. la Psicología no debería tener como objeto el estudio de los fenómenos inconscientes porque sería inverificable. 2. La Psicología puede y debe estudiar los fenómenos inconscientes, pero limitándose sólo a conocer sus efectos.
    2. Lo mental existe pero es inobservable por definición. Conclusiónes probables: 1. La Psicología debe limitarse a estudiar la conducta.[16] 2. El objeto de la Psicología debe ser el estudio de la mente y sus potencialidades, eso es lo que realmente importa. Si aún no se cuenta con un método apropiado forma parte de la Psicología descubrirlo o inventarlo.
    3. El objeto de la Psicología debe ser comprender la mente humana. Para comprender es necesario explicar. Pero la explicación debe ser a un determinado "nivel de detalle". Pasado tal nivel la explicación se torna incomprensible y deja por ende de ser importante.
    4. La función de la Psicología es producir determinados cambios en la conducta, si para ello es necesario remontarse a un nivel de detalle que exceda la explicación psicológica hay que hacerlo: las explicaciones sólo son medios, nunca fines.
  8. Síntesis del Capitulo
    Reflexionar sobre lo que es la psicología es un paso legítimo para caracterizar su esencia. Responder a la pregunta sobre lo que es la psicología supone un problema epistemológico abierto que conduce a elaborar una definición teórica de la misma.
    Partiendo de la idea de que, en tanto problema abierto, existen en principio muchas definiciones teóricas de psicología que a su vez resultan legítimas, he intentado hacer explícitos algunos parámetros básicos que permitirían encuadrarlas. Para ello me he válido del heurístico del análisis morfológico. El sentido de utilizar este análisis obedece a una serie de motivos, que podrían sintetizarse así: explicitar un conjunto adecuadamente razonable de dimensiones que hagan inteligible el máximo número de definiciones teóricas de psicología.
    A través del análisis mismo he intentado destacar que muchas de esas definiciones teóricas constituyen un caso particular de intersección en un universo conceptual abstracto. A su vez, he intentado señalar que dichas intersecciones, vg. las distintas definiciones teóricas de psicología, son la resultante de una serie de decisiones epistemológicas y extraepistemológicas, que desbordan al par objeto- método en su condición de suficiencia para caracterizar una ciencia.
    En esa línea, he intentado destacar el valor de la dimensión "propósito" tal como ésta aparece en los diferentes verbos con que habitualmente se expresan los objetivos de la ciencia. Asimismo, he argumentado sobre la necesidad de hacer explícito un nivel "anterior" al que denominé "metapropósito", señalando cómo ello lleva a develar la existencia de cierto tipo de preguntas implícitas que inciden sobre cualquier conceptualización de psicología.
    Además de analizar también a las clásicas definiciones de objeto y método, me centré en cuestiones tales como los niveles de análisis, los ámbitos legítimos de estudio y la necesidad de recurrir o no a ámbitos conexos.
    Analicé luego el valor de la asunción de supuestos ontológicos sobre el objeto de la disciplina, así como el valor orientador de ciertas preguntas que parecen guían substancialmente muchas decisiones, pero que, sin embargo, no siempre aparecen manifiestas ni parecen ser advertidas.
    A continuación me detuve en la cuestión de los diferentes estilos epistémicos básicos desde los que se aborda la Psicología. caracterizando a dos de ellos en términos de tipos ideales.
    Por último, ya concluída la presentación y el análisis de la morfología conceptual, abordé la cuestión general de los problemas asociados al usos de éstas; deteniéndome en el tratamiento de uno al que considero especialmente importante, ésto es: la manera en que las dimensiones se interdefinen y determinan a través decisiones de un carácter recursivo, que desborda una mera interactividad. Al respecto, además de señalar que en última instancia cualquier definición teórica de psicología conlleva una serie de transacciones complejas entre decisiones particulares sobre dimensiones básicas; he intentado ilustrar la idea de que las dimensiones mismas se interdefinen unas a partir de las otras. Sugerí (a través de un ejemplo particular) un modelo posible de este proceso, en términos dimensiones como posibilidad, deseabilidad, plausibilidad, objeto y método. Como resultado de ese análisis pude concluirse me permite, en términos de una analogía con lo que se dice a veces que es la política) que el significado de la Psicología, como el de cualquier otra ciencia, surge de una transacción compleja entre lo concebible, lo deseable y lo plausible. En la medida en que se comprenda la naturaleza de ese proceso se comprenderá su múltiple complejidad discursiva.
  9. Referencias bibliográficas 
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      Referencias

      1. Nota: La noción de heurístico se remonta a la antigua Grecia. Sin embargo, el concepto adquiere su precisión actual en las ciencias cognitivas. Un heurístico es un procedimiento que orienta el tratamiento de un problema. El concepto de heurístico cobra pleno significado en contraposición al de algoritmo: éste asegura la solución, aquél sólo la hace probable. Algunos epistemólogos que han considerado el problema de la existencia de una lógica del descubrimiento científico han apelado a la noción de heurístico para describir un vasto género de procedimientos reglares de los que se valdría el investigador en esta etapa. Argumentan que si bien las operaciones propias de ese contexto no se hallan sujetas a reglas lógico formales, ello no significa que no puedan hacerse explícitas y ser sistematizadas; en rigor: se trataría de reglas heurísticas y su estudio concerniría al capítulo sobre lógica del descubrimiento científico. Para un excelente análisis sobre el tema véase: Minervino, Ricardo (1988): "Aplicaciones de la psicología cognitiva a la nueva filosofía de la ciencia". Informe final de investigación. UBACyT.
      2. Nota: Desde la perspectiva del análisis morfológico inventar es en gran parte un acto de descubrimiento.
      3. Nota: El ejemplo de Mendeleiev resulta paradigmático del caso en que la concepción de una adecuada morfología conceptual se transforma en fuente útil de hipótesis que guían futuros descubrimientos. Como dijera el especialista en Creatividad Bernard Demory 'cada casilla es una ventana abierta sobre una posibilidad de innovación'. Resulta claro por que -en términos conceptuales- la matriz de descubrimiento constituye el caso más simple de análisis morfológico: la exploración de un espacio bidimensional.
      4. Nota: Lullio aplicó su arte combinatorio fundamentalmente a temas teológicos. En la figura 1 puede apreciarse un ejemplo típico (aunque simplificado) de esas aplicaciones. El tema a considerar es Dios. El primer anillo representa los atributos (o en términos de Lullio: dignidades) éstos son: bondad, grandeza, eternidad, poder, sabiduría, voluntad, virtud, verdad y gloria. En este caso, el segundo anillo vuelve a representar los mismos atributos. Dejando fijo el anillo exterior y haciendo girar el interno se obtienen las 81 combinaciones binarias. interatributos predicables de Dios, que por ej., se interpretan: su bondad es eterna, su grandeza es verdadera, etc. Si se agregara un anillo más, se obtendrían las combinaciones ternarias del tipo: su poder es verdaderamente glorioso. Por otra parte, las dimensiones pueden ser diferentes: Por ej.: un primer anillo podía referirse a los distintos tipo de seres como: Dios, el ángel, el cielo, el hombre, las cosas imaginadas, los seres sensitivos, etc.; mientras que un segundo anillo, podría referir a otra serie de atributos. El sentido de hacer girar los anillos no consistiría en la afirmación de toda la combinatoria sino en la aceptación de aquellas predicaciones válidas y el rechazo de las restantes. Al respecto, como señala Ferrater Mora (1975): "...basta enumerar los predicados posibles de un sujeto y determinar por medio de ellos mismos o de sus combinaciones los que convienen al sujeto propuesto...").
      5. Nota: Aquí elegí el término "vida mental", utilizado por James en razón de resultar neutro respecto a la cuestión de la controversia sobre si debiera hablarse de mente como sustantivo o mental como adjetivo. En adelante usaré estos últimos en forma indistinta, toda vez que no realice alguna aclaración. Además, adopté una decisión previa entre "mente" y "psiquis", En rigor, entiendo que "psique" o "psiquis" resulta más adecuado al propósito general del libro, pero conlleva varios problemas, por ej.: a- caracterizar como "psicologismo" a las teorías que entienden que lo psíquico constituye el objeto de la psicología es impropio y se presta a confusiones, ya que "psicologismo" suele emplearse para referirse a cualquier intento de reducir disciplinas extra-psicológicas (como la lógica, la estética o la filosofía misma) a la psicología. b- un deslizamiento habitual de "psiquis" es hacia "psiquismo", el que o bien posee connotaciones especificas en relación a la teoría psicoanalítica (relacionado además con 'aparato psíquico", ya ligera o quizás bastante diferente de "psique") o bien es impropio: en diccionarios técnicos connota metapsíquica o parapsicología (en la misma linea que es usado "psíquico" para referirse a personas que poseerían poderes paranormales) c- en muchos de los debates contemporáneos sobre Inteligencia Artificial, Ciencia y Psicología Cognitiva, cuyo tratamiento es central en este libro, se utiliza en castellano directamente el termino "mente"; al igual que el problema filosófico mente-cuerpo y la rama de la filosofía que lo tiene como capítulo central: Filosofía de la Mente. No obstante, haber elegido "mente" también trae aparejados importantes problemas, que se irán considerando en su momento. Al respecto, ver las diferentes definiciones que continúan en el texto.
      6. Nota: Por cierto que a veces el debate ha admitido una entrada diferente. En rigor ni mente ni conducta son en sí mismas entidades sino propiedades abstraídas de entidades. En ese sentido algunos autores afirman que el objeto de la Psicología es el hombre o los organismos entendidos en un particular nivel de abstracción. Véase por ej. Bleger (1965).
      7. Nota: al final se agrega que también se utiliza en ciencias físicas para designar el modo de actividad de cualquier sustancia, y en psicología introspectiva para designar modos de actividad mental, señalándose que estas dos acepciones crean confusión por lo cual recurre poco a ellas.
      8. Nota: Por último, Bleger también cita a Jaspers como antecedente en la manera de conceptualizar a la conducta en forma totalista. De acuerdo al primero, Jaspers incluía en la conducta a:"1) fenómenos vivenciales; 2) funciones o rendimientos objetivos (memoria, inteligencia, trabajo, etc.); 3) manifestaciones corporales; 4) objetividades significativas".
      9. Nota: En términos generales se expresa como caso particular de lo que en epistemología se denomina asimetría entre explicación y predicción: se puede conocer la ley general (vg. la ley de gravedad, las leyes de la mecánica, etc.) y sin embrago, no se puede predecir el caso particular (vg. la trayectoria exacta en la caída de una moneda arrojada al aire, el número donde caerá la bola en la ruleta). En tal sentido, se argumenta que las leyes descubiertas por la psicología general o aún del psicoanálisis no permiten precisar lo que acontecerá en un individuo particular. Al respecto, véase Allport (1977), González, F (1986).
      10. Nota: En rigor, no he encontrado ningún término que exprese lo que aquí quiero significar. Elegí "recursivo" por ser el más aproximado. Con todo lo he tomado en un sentido muy particular: el de heterorreferencias cruzadas entre diferentes sistemas. Recursivo tiene un significado preciso en matemáticas y ciencias de la computación relacionado con cierto tipo de funciones llamadas recursivas; Colaccilli de Muro (1965) lo relaciona con un tipo particular de definición donde se admite violar la regla de que el definiendum no debe aparecer en el definiens, ligándolo en última instancia a su precisión matemática. Por su parte, Hofstadter (1987) lo relaciona con la noción de autorreferencia. Preferí recursivo en lugar de dialéctico (usualmente utilizado con un sentido parecido) porque este último tiene un significado preciso en relación a los momentos lógicos de tesis, antítesis y síntesis. Tampoco era válido "interactivo", que en sentido estricto se utiliza en metodología de la ciencia se utliliza para referirse a efectos no aditivos de dos variables independientes sobre una dependiente (lo que supone un sentido unidireccional de la causalidad), o en general, para referirse a efectos emergentes que no pueden entenderse a partir de causas anteriores. Para dar una idea cabal del significado que deseo destacar invito al lector a que aborde el siguiente problema -clásico en la enseñanza de programación- no tanto para su resolución, sino para ver en acción al mecanismo recursivo: complete asignando los dígitos que correspondan "dentro de esta oración el número 0 aparece ..... veces (o vez), el número 1 aparece ..... veces (o vez), el número 2 aparece ..... veces (o vez), el número 3 aparece ..... veces (o vez), el número 4 aparece ..... veces (o vez), el número 5 aparece ..... veces (o vez), el número 6 aparece ..... veces (o vez), el número 7 aparece ..... veces (o vez), el número 8 aparece ..... veces (o vez), el número 9 aparece ..... veces (o vez), etc.
      11. Nota: Nótese que desde el punto de vista del problema mente-cuerpo el mentalismo ingenuo es compatible con el dualismo pero no se confunde necesariamente con éste.
      12. Nota: el tema del relativismo epistemológico es delicado no puede tratarse aquí. Véase Kühn, Fereyaben, en su versión constructivista véase Maturana. La posición Popper. Klimovsky. Musso.
      13. Nota: adviértase la radical diferencia con: "Lo mental no existe". Conclusión: La psicología sólo debe estudiar la conducta". En este caso hay interacción y no recursividad entre objeto y método. Sin embargo, a veces parece ser éste el caso: "Lo mental pudiera existir pero en tal caso seria por definición inobservable; como de lo único que debería afirmarse existencia debe ser observable, entonces lo mental no existe. Conclusión: la Psicología sólo debe estudiar la conducta.
      14. Nota: Como en la conocida anécdota en que una señora neófita en astrofísica solicita a Einstein que le explique el significado de la teoría de la relatividad, a lo que Einstein accede acercándose más y más a la explicación de sentido común, hasta llegar al nivel en que la señora manifiesta comprensión. Einstein replica: - Sí, Ud. comprendió, pero eso ya no es la teoría de la relatividad!
      15. Nota: En estrategia se acostumbra a distinguir entre finalidad, objetivo y meta.
      16. Nota: Dicho micronivel subsimbólico no necesariamente se encuentra comprometido con el nivel neuronal. En rigor, existe cierta ambigüedad al respecto en diferentes formulaciones de esta teoría.

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